sábado, 16 de noviembre de 2024

RESURRECCIÓN… NUEVA LEY DE VIDA

Antes de la venida de Cristo en Jesús, la Ley de Vida que regía a la generación caída era la Reencarnación, conocida también como el eterno retorno, donde las almas esclavizadas volvían una y otra vez a este mundo, cargadas de deudas y deudores, con la mácula del pecado… sin posibilidad alguna de salir por sí solas de esta condición.

Cristo eleva la condición espiritual de la humanidad con varios hitos ocurridos en los tres días por su paso por la muerte, cambiando también la Ley antigua, declarando la Buena Nueva, que es: La Ley de Resurrección.

En el diálogo de Marta con JesúsCristo, ante la muerte de Lázaro… Cristo le anuncia este cambio diciendo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. (Juan 11:25)

La Ley de Resurrección nos indica que cuando el cuerpo físico muera, adquiriremos un nuevo cuerpo espiritual y que la instancia o morada a la cual llegaremos dependerá directamente de la siembra que hicimos en esta existencia… esto significa que mientras más coherentes fuimos con nuestra Fe y más cercanos estuvimos de cumplir la tarea espiritual que vinimos a realizar a este mundo, más alta será la calidad del Nuevo Ser.

Aclaremos entonces que es la reencarnación, la resucitación y la resurrección.
  1. La reencarnación es la antigua Ley de Vida en donde el alma renacía después de la muerte en otro cuerpo humano, en otra existencia, arrastrando deudas y deudores.
  2. La resucitación es morir y volver a vivir en el mismo cuerpo, en la misma existencia. Por ejemplo, después de una reanimación cardiaca.
  3. La Resurrección es la muerte del cuerpo físico y nacimiento de un nuevo cuerpo espiritual, para tomar una morada o estado de gloria que dependerá de la siembra espiritual.

Cristo nos enseña las claves para elevar nuestra espiritualidad y así trabajar en esta existencia para nuestra Resurrección, sembrando semillas que serán cosechadas en el paso por la muerte. 

Creámosle a Cristo y comencemos a Activar la Fe. Tenemos instancias donde profundizamos estos temas y todo Ser de Fe, creyente en Cristo y  aquel que está en búsqueda de respuestas a sus inquietudes trascendentales está invitado(a) a participar. 

Únete a las actividades, libres y gratuitas que promocionamos en nuestras redes sociales y/o comunícate a mi Whatsapp 999590655 para organizar una reunión explicativa.

Puedes complementar este tema observando el siguiente video: "La Resurrección, nueva Ley de Cristo."

viernes, 15 de noviembre de 2024

ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN… UN CAMINO DE LIBERACIÓN

En el tema anterior tratamos cómo diferenciar el Pecado del Error y les mencioné que podemos superarlos con las llaves que Cristo nos deja, que son el Arrepentimiento y el Perdón.

Es muy importante saber el por qué debemos liberarnos de las cargas que ocasionan los errores y el Pecado, ya que con ellos se generan las “deudas y deudores” que se van acumulando en el transcurso de nuestra existencia y que nos afectan mucho más allá de ella.

Cristo siempre nos habla de asuntos espirituales y nos enseña que debemos liberarnos de lo que nos ata a otros por causas que nos han llevado a adquirir rencores, odios, venganzas, malos pensamientos… sufrir u ocasionar daños físicos, emocionales, psicológicos, etc… todo lo que provoque que perdamos la paz y libertad interior. Estas situaciones generan una cuenta pendiente que amarra al que provoca el daño, pero si el afectado responde de mala manera, también se liga a esta deuda… dejando una atadura que los une a ambos más allá de esta existencia. Esto es parte de una Ley de vida conocida como Karma.

Para Cristo el Arrepentimiento es un acto sincero, íntimo, que lleva a la toma de conciencia de los errores y/o pecados que hemos cometido, llegando a las causas o motivos más profundos que nos llevaron a actuar, pensar o sentir de manera contraria a nuestra coherencia de Fe. 
Para llegar a las causas, es necesario mirarnos de manera autocrítica a nosotros mismos, con sentido de realidad, sin juzgarnos y con el firme propósito de encontrar lo que nos motivó a causar el daño. Si sumamos la honesta intención de no volver a caer en las mismas actitudes que causaron las deudas y deudores, con firmes propósitos de superación… nacerá en lo profundo de nuestro Ser, la necesidad de aplicar el Perdón.

El Perdón para Cristo es la segunda llave, que sólo será efectiva si llegamos a las causas del Arrepentimiento. El Perdón es la sanación que rompe las ataduras con otros, es la liberación de la deuda, es cortar los lazos que nos hacen daño y nos permite transitar libres. 
Hay tres actos de Perdón: Pido perdón, perdono a otros y entrego a Cristo la situación para que se aplique la justicia divina. Es un asunto espiritual, que entrego en Oración a Cristo. Puedo pedir perdón o perdonar frente a frente, o a distancia, ante Cristo… incluso a quienes ya no están en este mundo. 
Debemos confiar plenamente en Cristo Dios, ya que una vez que entregamos el perdón no debemos volver atrás y no dar cabida a la justificación. Así, podremos transitar libres de deudas y deudores… como Cristo nos enseña.


lunes, 11 de noviembre de 2024

¿PECADO O ERROR?

Les he comentado de que Cristo nos liberó del Pecado original y que hoy ya no nacemos en Pecado sino que nos hacemos a éste por opción… pero, ¿entendemos qué es el Pecado para Cristo?

Cristo Dios nos libera del Pecado original que fue la desobediencia de los Adanes al Pacto de restauración que hicieron con Dios. Este convenio fue entre un Ser consciente y su Divinidad, teniendo condiciones claras que fueron aceptadas, pero que no se cumplieron. Entonces, antes de la venida de Cristo en Jesús, la generación que se hallaba caída nacía con esta mácula, una mancha que no podía ser borrada por sí mismos.

Cristo encarna en este mundo para ejecutar el Plan de Salvación; cuya primera parte es el pago en la cruz romana del pecado original y del crimen de la estirpe de Caín sobre la estirpe de Abel… luego, en los tres días de victoria, en su paso por la muerte, ejecuta la Salvación elevando la condición espiritual del Ser de este mundo.

En este nuevo tiempo, todo Ser nace inocente, sin mancha alguna… ya que está libre del pecado original. Nace Salvo en la Gracia y puede hacerse al Pecado de manera consciente, por opción.

Ahora, es muy importante diferenciar entre el Pecado y el error que proviene de la imperfección humana. 

Para que exista Pecado, se deben cumplir tres condiciones:

  1. Se debe tener Fe.
  2. Ser consciente de la ley de Dios.
  3. Haber realizado un Pacto o convenio con la divinidad.

Cristo nos entrega su Orden en el Sermón del Monte, dejándonos un camino para transitar de manera consciente, para quien lo acepta como guía y conductor. El incumplimiento de los pactos que hacemos con Dios nos hace caer en Pecado.

El error es una condición que viene con nuestra humanidad, que no es perfecta. Esta imperfección y dualidad proviene de los estados emocionales, patrones de carácter y frustraciones que arrastramos de nuestras experiencias de vida. Entonces, todos tenemos luz y tenemos aspectos que debemos vencer para cumplir la tarea que nos trajo a esta Tierra.

Hay errores que se comenten en inocencia, cuando no esperamos hacer daño a nadie… y hay errores por negligencia, que ocurren con una clara intención de dañar a otro u otros. La acumulación de este error por negligencia puede culminar en pecado.

Los errores debemos corregirlos. Al tomar conciencia de dónde proviene su causa, lo enmendamos y no volvemos a caer en ellos.

Y si caemos en el Pecado… Cristo Dios, con su inmenso amor nos deja las claves para superarlo. El “Arrepentimiento y el Perdón” son herramientas espirituales que nos permiten recuperar la inocencia espiritual, purificarnos y liberarnos de las deudas y deudores. 

Cristo venció la muerte y el Pecado… sólo con él, bajo su guía y conducción podremos poner por Obra la Voluntad del Creador.

Cuando asumí las diferencias entre el Pecado y el error, me sentí liberada… llevaba un peso enorme, me sentía culpable por los errores cometidos y creía que todo era pecado, incluso asumía que el daño que me habían causado era mi culpa y no sabía cómo sobreponerme a este dolor interior que llevaba… Entonces, le creí a Cristo, miré mi existencia como desde una montaña, con sentido de realidad y sin juzgarme… y realicé una reflexión profunda para encontrar las causas que me llevaron a caer en estas faltas y pude diferenciarlas para hacerme cargo de lo que me correspondía y así realizar propósitos para superarlas. Asumí que la imperfección humana nos lleva a cometer errores y es clave conocernos en nuestra luz y oscuridad para comenzar a actuar desde la inducción del Espíritu, que es una parte de Dios que vive en nuestro interior y no desde la mente o de las emociones.

El camino espiritual Crístico es un camino de transformación, tremendamente liberador y si en verdad existe la intención de no volver atrás, hay crecimiento, hay consciencia, hay amor por uno mismo.

Cristo nos invita a liberarnos de las culpas, rencores y remordimientos, pues en Él podemos ser libres espiritualmente. JesúsCristo nos ha liberado de la Ley del Pecado y hoy tenemos la oportunidad de vivir una nueva vida.

Te invito a complementar este tema con el video "El Pecado que nunca fue". Haz clic en la siguiente imagen:


RESURRECCIÓN… NUEVA LEY DE VIDA